El tratamiento de láser con carbón activado es efectivo para cualquier
persona con piel grasa y que sufre de acné continuo, espinillas, poros
agrandados o un tono de piel opaco y disparejo.
Este proceso de láser además encoge las glándulas sebáceas para reducir
la producción de grasa y ayuda a equilibrar la piel crónicamente
grasosa.